Según el reporte de la Secretaria de Gestión de Riesgos, el 26 de marzo de 2023, un
deslizamiento de tierra en Alausí, Ecuador, causó la muerte de al menos 65 personas
y dejó a más de un centenar de desaparecidos, destruyendo viviendas y afectando
gravemente la infraestructura local (SGR, 2023). Este evento evidenció la fragilidad
de las comunidades asentadas en laderas empinadas y la necesidad urgente de
estrategias de prevención y mitigación de riesgos.
De manera similar, el 18 de julio de 2023, una avalancha de barro y agua en Quetame,
Colombia, resultó en 14 fallecidos, seis heridos y varios desaparecidos, además de
causar daños graves en carreteras y en el suministro eléctrico (El Nuevo Siglo, 2023).
Asimismo, en noviembre de 2024, intensas lluvias en el estado de Santa Catarina
Brasil afectaron a 24 municipios, provocando el desencadenamiento de
deslizamientos (SWI, 2024) y en el año 2025 al sureste del estado de Brasil los
deslizamientos de tierra provocaron pérdidas humanas (SWI, 2025), resaltando la
vulnerabilidad de áreas montañosas ante lluvias torrenciales.
En los casos expuestos, la combinación de factores como la construcción en zonas
de riesgo, la deforestación, la pobreza y la ausencia de sistemas de alerta temprana
exacerbó el impacto de estos eventos, dejando víctimas y damnificados. Estos
eventos recientes reflejan la persistencia de problemas asociados a la vulnerabilidad
ante deslizamientos de tierra en América del Sur, especialmente en zonas
montañosas donde convergen factores naturales y socioeconómicos de alto riesgo.
El análisis de las características geomorfológicas, edafológicas, tectónicas y
climáticas en Ecuador revela que el país enfrenta regularmente fenómenos de origen
hidrometeorológico y geológico, los cuales provocan graves afectaciones a la
población urbana y rural, así como a la infraestructura y los recursos naturales. Según
el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Ministerio del Ambiente y el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el Reporte Nacional sobre
Cambio Climático (2011), la provincia que históricamente ha sufrido el mayor número
de eventos es Manabí.
A nivel nacional, aproximadamente el 35% de la población se encuentra asentada en
zonas amenazadas por inundaciones, deslizamientos y flujos de materiales no
consolidados (Cobo, 2020). Esto pone de manifiesto que Manabí enfrenta
recurrentemente este tipo de problemáticas debido tanto al inadecuado ordenamiento
territorial como a la falta de estrategias efectivas de prevención y mitigación.
En este contexto, el Cerro Montecristi, ubicado en la provincia de Manabí, Ecuador,
no es la excepción. El barrio San José, en particular, enfrenta una creciente amenaza
de deslizamientos debido a la combinación de pendientes pronunciadas, suelos de
baja capacidad de drenaje y precipitaciones intensas durante la temporada invernal
(PDOT Montecristi, 2023), además, el crecimiento urbano sin planificación ha
incrementado significativamente la exposición de la población a este tipo de desastres.