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Journal of Economic and Social Science Research
ISSN: 2953-6790
Vol. 4 - Núm. 1 / Enero – Marzo 2024
Modelos de Negocios Circulares: Hacia una
Economía Sostenible en el Sector Emprendedor
Circular Business Models: Towards a Sustainable Economy in the
Entrepreneurial Sector
Castro-Quelal, Lenin Roberto
1
Herrera-Tapia, Esther Hilda
1
Castro-Quelal, Diana Alexandra
2
1 Ecuador, Ibarra, Instituto Superior Tecnológico ITCA
2 Ecuador, Ibarra, Universidad Técnica del Norte
DOI / URL: https://doi.org/10.55813/gaea/jessr/v4/n1/84
Resumen: Este artículo investiga la implementación de
modelos de negocios circulares en el sector emprendedor
como estrategia para promover una economía sostenible.
Mediante una revisión bibliográfica cualitativa, se
analizaron publicaciones académicas y estudios de caso
para explorar los principios, beneficios y desafíos de la
economía circular en el emprendimiento. La metodología se
basó en la síntesis de literatura relevante, identificando
estrategias efectivas y obstáculos comunes en la adopción
de prácticas circulares. Los hallazgos destacan que, a
pesar de enfrentar barreras financieras, carencia de
conocimientos especializados y retos logísticos, la
economía circular ofrece oportunidades significativas para
la innovación y la sostenibilidad ambiental, contribuyendo a
la competitividad y el éxito económico a largo plazo. La
discusión subraya la importancia de la colaboración
intersectorial, políticas de apoyo y programas educativos
para superar estos desafíos. En conclusión, el estudio
reafirma el rol crucial de los modelos de negocio circulares
en la transición hacia una economía sostenible, instando a
una acción colaborativa entre emprendedores, políticos y
académicos para fomentar prácticas empresariales
sostenibles que beneficien tanto al medio ambiente como a
la economía.
Palabras clave: Economía circular, Sostenibilidad,
Innovación, Emprendimiento.
Research Article
Received: 10/Nov/2023
Accepted: 29/Dic/2023
Published: 31/Ene/2024
Cita: Castro-Quelal, L. R., Herrera-Tapia,
E. H., & Castro-Quelal, D. A. (2024).
Modelos de Negocios Circulares: Hacia
una Economía Sostenible en el Sector
Emprendedor. Journal of Economic and
Social Science Research, 4(1), 122–148.
https://doi.org/10.55813/gaea/jessr/v4/n1/
84
Journal of Economic and Social Science
Research (JESSR)
https://economicsocialresearch.com
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Abstract:
This article investigates the implementation of circular business models in the
entrepreneurial sector as a strategy to promote a sustainable economy. Through a
qualitative literature review, academic publications and case studies were analyzed to
explore the principles, benefits and challenges of the circular economy in
entrepreneurship. The methodology was based on the synthesis of relevant literature,
identifying effective strategies and common obstacles in the adoption of circular
practices. The findings highlight that, despite facing financial barriers, lack of expertise
and logistical challenges, the circular economy offers significant opportunities for
innovation and environmental sustainability, contributing to competitiveness and long-
term economic success. The discussion underlines the importance of cross-sectoral
collaboration, supportive policies and educational programs to overcome these
challenges. In conclusion, the study reaffirms the crucial role of circular business
models in the transition to a sustainable economy, urging collaborative action among
entrepreneurs, policy makers and academics to foster sustainable business practices
that benefit both the environment and the economy.
Keywords: Circular Economy, Sustainability, Innovation, Entrepreneurship.
1. Introducción
La transición hacia economías más sostenibles es un imperativo global, ante el
creciente reconocimiento de los límites ambientales y la necesidad de un desarrollo
más sostenible (Geissdoerfer et al., 2017). Dentro de este contexto, los modelos de
negocios circulares (MNC) se presentan como una alternativa prometedora, capaz de
generar valor económico, social y ambiental a largo plazo (Korhonen et al., 2018). Los
MNC buscan desacoplar el crecimiento económico del consumo de recursos finitos
mediante la maximización de la reutilización, la renovación y el reciclaje de productos
y materiales (Lacy & Rutqvist, 2015).
A pesar de la creciente adopción de los MNC en grandes corporaciones, su
implementación en el sector emprendedor enfrenta desafíos únicos, particularmente
en lo que respecta a la escasez de recursos y la necesidad de modelos de negocio
innovadores (Bocken et al., 2017). El sector emprendedor, conocido por su agilidad y
capacidad de innovación, juega un papel crucial en la experimentación y adopción de
MNC, ofreciendo soluciones novedosas a problemas ambientales complejos (Stubbs,
2017).
Este estudio se propone explorar cómo los emprendedores están adoptando modelos
de negocios circulares para fomentar una economía sostenible. A través de un análisis
de casos de estudio seleccionados, se examinarán las estrategias adoptadas por
emprendedores para implementar prácticas circulares en sus modelos de negocio, los
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desafíos enfrentados y las lecciones aprendidas en el proceso. Además, se buscará
comprender el impacto de estos modelos en la sostenibilidad económica, ambiental y
social de las empresas emergentes.
La investigación sobre MNC en el contexto del emprendimiento es vital para avanzar
hacia una economía global más sostenible y circular. Al identificar y analizar las
prácticas, desafíos y oportunidades asociadas con los MNC en el sector emprendedor,
este estudio contribuirá al cuerpo de conocimiento existente y proporcionará insights
valiosos para académicos, practicantes y responsables de políticas interesados en
promover la sostenibilidad a través de la innovación empresarial La relevancia de este
estudio radica en su potencial para contribuir al desarrollo sostenible, ofreciendo una
comprensión más profunda de cómo los MNC pueden ser efectivamente
implementados y escalados en el contexto del emprendimiento. Al proporcionar
evidencia empírica y recomendaciones prácticas, este trabajo aspira a ser un recurso
valioso para emprendedores, investigadores y responsables de la formulación de
políticas, promoviendo un enfoque más integrado y sostenible en la creación y gestión
de nuevas empresas.
2. Materiales y métodos
Este estudio se basa en una metodología cualitativa, específicamente mediante una
revisión bibliográfica exhaustiva, con el objetivo de explorar y analizar la adopción de
modelos de negocios circulares (MNC) en el sector emprendedor y su contribución
hacia una economía sostenible. Este enfoque metodológico permite una comprensión
profunda de las teorías existentes, prácticas, desafíos y oportunidades relacionadas
con los MNC en el contexto del emprendimiento.
La búsqueda de literatura se realizó en varias bases de datos académicas, incluyendo
Google Scholar, Scopus, utilizando una combinación de palabras clave relevantes
como "modelos de negocios circulares", "emprendimiento sostenible", "economía
circular", y "innovación en sostenibilidad". Se aplicaron filtros para seleccionar
publicaciones desde el año 2000 hasta la actualidad, con el fin de capturar las
tendencias más recientes en el campo.
Se incluyeron artículos de investigación, revisiones de literatura, estudios de caso, y
reportes de conferencias que proporcionaran insights sobre la implementación de
MNC en el sector emprendedor. Se excluyeron documentos que no estaban
directamente relacionados con el emprendimiento o que no abordaban explícitamente
modelos de negocios circulares. Además, se dio preferencia a estudios que ofrecieran
ejemplos concretos de implementación, desafíos y resultados de MNC en startups y
pequeñas empresas.
Para el análisis de los datos recopilados de la literatura, se empleó un enfoque de
análisis temático. Esto implicó la identificación, análisis e interpretación de patrones
(temas) dentro de los datos. Se comenzó con una lectura minuciosa de cada fuente
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para obtener una comprensión general del contenido. Posteriormente, se procedió a
una codificación abierta, asignando códigos a segmentos de texto relevantes
relacionados con los objetivos del estudio. Los códigos similares se agruparon para
formar temas emergentes, los cuales fueron revisados y refinados a través de un
proceso iterativo de comparación con el marco teórico del estudio.
Figura 1
Por año
Nota: Scopus (2024)
En la figura 1, como se menciono en la metodología, se examinaron diferentes
investigaciones de entre las cuales se registraron en las plataformas especializadas,
de esta forma se identificaron los años con mayores aportaciones en el ámbito de la
economía circular. Observando que a partir del 2016 existió un incremento continuo
en los documentos por parte de los investigadores.
Figura 2
Por territorio
Nota: Scopus (2024)
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En la figura 2, en relación a la figura 1, se presenta información sobre los países donde
se han originado el mayor numero de aportaciones. Observando asi que los países de
mayor generación están ubicados en el territorio europeo, contando con países como:
Italia, Reino Unido, España ubicados en como los principales países desde donde los
investigadores han registrado sus documentos.
Figura 3
Palabras clave
Nota: VosViewer (2024)
En la figura 1 y figura 2 se presentaron los datos sobre los aportes y los países de
donde se han originado las principales investigaciones entorno ala economía circular,
donde estas se han relacionado por palabras clave que dan forma a las temáticas de
los documentos, algunos de estos elementos son: Economía circular, Sostenibilidad,
Reciclaje, Desarrollo, Cadena de suministro.
3. Resultados
3.1. Definición y Componentes Clave de los Modelos de Negocios Circulares (MNC)
3.1.1 Principios Fundamentales de la Economía Circular
La economía circular se fundamenta en tres principios clave: reducción, reutilización
y reciclaje. Estos principios buscan cerrar los ciclos de vida de los productos y
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servicios, minimizando así el uso de recursos y la generación de residuos (Ellen
MacArthur Foundation, 2020).
El principio de reducción se enfoca en disminuir la cantidad de recursos utilizados en
la producción y consumo de bienes y servicios. Esto incluye el diseño de productos
más eficientes, la minimización de residuos durante la producción y el fomento de
prácticas de consumo responsable. Según Pearce y Turner (1990), la reducción de la
entrada de materiales no solo conserva recursos sino que también disminuye el
impacto ambiental asociado con la extracción y procesamiento de materias primas.
La reutilización implica extender la vida útil de productos y materiales, permitiendo que
sean usados múltiples veces antes de ser descartados. Esto puede lograrse mediante
la reparación, remanufactura o redistribución de productos. Graedel y Allenby (2003)
destacan que la reutilización no solo reduce la demanda de recursos nuevos sino que
también minimiza la generación de residuos, contribuyendo significativamente a la
sostenibilidad ambiental.
Finalmente, el reciclaje convierte residuos en nuevos recursos, cerrando el ciclo de
vida de los materiales. Este proceso permite que los materiales desechados sean
recolectados, procesados y transformados en materias primas para la producción de
nuevos productos. La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Industrial (UNIDO, 2019) señala que el reciclaje es esencial para una economía
circular, ya que reduce la dependencia de recursos virgenes y disminuye la cantidad
de residuos destinados a vertederos o incineración.
Estos principios no solo son fundamentales para la transición hacia una economía
más sostenible y circular, sino que también ofrecen una hoja de ruta para empresas y
gobiernos en la búsqueda de sistemas de producción y consumo más responsables
(Stahel, 2016).
3.1.1.1. Reducción
El principio de reducción es fundamental en la economía circular y se enfoca en
disminuir tanto el consumo de recursos nuevos como la generación de residuos a lo
largo del ciclo de vida de los productos y servicios. La reducción se puede lograr a
través de estrategias como el diseño eficiente de productos, la optimización de
procesos de producción, y la promoción de patrones de consumo más sostenibles.
Bocken et al. (2016) argumentan que el diseño de productos y servicios que utilizan
menos materiales y energía no solo minimiza el impacto ambiental sino que también
ofrece ventajas económicas a las empresas al reducir costos de materiales y
operación. Esta visión es apoyada por la Organización Internacional para la
Estandarización (ISO), que en su norma ISO 14001:2015, establece directrices para
que las organizaciones implementen sistemas de gestión ambiental efectivos,
enfatizando la importancia de la prevención de la contaminación y la mejora continua
(ISO, 2021).
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Además, la promoción de la economía de la funcionalidad es otra estrategia clave
dentro del principio de reducción, donde se prioriza la venta de servicios sobre
productos, incentivando así un menor consumo de recursos. Stahel (2010) sostiene
que la economía de la funcionalidad representa una transición hacia sistemas de uso
más eficiente de los recursos, donde la riqueza es generada por la circulación y la
utilización máxima de bienes y servicios.
El principio de reducción también resalta la importancia de la sensibilización y
participación activa de los consumidores en la elección de productos y servicios más
sostenibles. Según un estudio de Young et al. (2010), la educación ambiental y la
comunicación efectiva sobre los beneficios de productos sostenibles pueden influir
significativamente en las decisiones de compra de los consumidores, promoviendo así
patrones de consumo más responsables.
3.1.1.2. Reutilización
La reutilización es un pilar esencial de la economía circular, centrada en extender la
vida útil de productos y materiales, permitiendo su uso continuo en la misma u otra
función antes de considerar su reciclaje o disposición final. Este enfoque no solo
previene el desperdicio de recursos valiosos sino que también reduce la demanda de
nuevos materiales y disminuye la generación de residuos (Geissdoerfer et al., 2018).
Un aspecto clave de la reutilización es la capacidad de diseñar productos con una
mayor durabilidad y facilidad de reparación. Según Cooper (2010), fomentar la
reparación y el mantenimiento de productos puede significativamente prolongar su
vida útil y disminuir el impacto ambiental asociado con la producción de nuevos bienes.
La implementación de sistemas de devolución y reacondicionamiento de productos
también forma parte de esta estrategia, como lo demuestran empresas que han
adoptado modelos de negocio basados en la reutilización para ofrecer productos
reacondicionados a un menor costo (Bakker et al., 2014).
La economía colaborativa y las plataformas de intercambio son otros ejemplos
importantes de cómo la reutilización puede ser integrada en la economía actual. Estos
modelos promueven el uso compartido de bienes y servicios, maximizando su utilidad
y minimizando la necesidad de adquirir productos nuevos. Botsman y Rogers (2010)
destacan el crecimiento de plataformas de intercambio y alquiler, las cuales facilitan
la reutilización de productos entre consumidores y contribuyen a una economía menos
dependiente del consumo de recursos.
Además, la participación de los consumidores en prácticas de reutilización es crucial
para su éxito. La sensibilización sobre los beneficios ambientales y económicos de la
reutilización puede motivar a los consumidores a optar por productos reutilizables o
reacondicionados en lugar de comprar nuevos. Según un estudio de Vittersø y
Tangeland (2015), las iniciativas de educación y promoción pueden aumentar
significativamente la participación de los consumidores en la economía circular,
adoptando hábitos de consumo más sostenibles.
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3.1.1.3. Reciclaje
El reciclaje se sitúa como una estrategia crucial en la economía circular, enfocándose
en la transformación de residuos en nuevos materiales o productos, reduciendo así la
dependencia de recursos vírgenes y disminuyendo el impacto ambiental asociado con
la extracción y procesamiento de nuevos materiales (Ghisellini et al., 2016). Este
proceso no solo contribuye a la conservación de recursos naturales sino que también
minimiza la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes resultantes
de la producción y disposición de residuos.
La implementación efectiva del reciclaje requiere de un diseño de producto que
considere el final de su vida útil desde las etapas iniciales, facilitando la
desmontabilidad y la separación de materiales para su posterior reciclaje. Según
Potting et al. (2017), el diseño para el reciclaje es un componente esencial que permite
la recuperación eficiente de materiales y su reintegración en el ciclo de producción.
Además, las políticas públicas juegan un papel fundamental en el fomento del
reciclaje, mediante la implementación de regulaciones que promuevan prácticas
sostenibles y el establecimiento de sistemas de retorno y recompensa para incentivar
la recogida y el reciclaje de productos al final de su vida útil (Korhonen et al., 2018).
Estas políticas pueden incluir la responsabilidad extendida del productor, donde los
fabricantes son responsables de la recolección y el reciclaje de sus productos
desechados.
La colaboración entre diferentes actores de la cadena de suministro es otro elemento
crítico para el éxito del reciclaje. Empresas, consumidores, y entidades
gubernamentales deben trabajar conjuntamente para crear sistemas de reciclaje
eficientes que maximicen la recuperación de materiales. Schröder et al. (2019)
destacan la importancia de las redes de cooperación para superar los desafíos
técnicos y logísticos asociados con la recolección y el procesamiento de residuos
reciclables.
3.1.2 Componentes de los MNC
3.1.2.1. Diseño para la circularidad
El diseño para la circularidad representa un enfoque innovador que integra
consideraciones ambientales y de sostenibilidad desde las primeras etapas del
desarrollo de productos. Este enfoque busca crear bienes y servicios que sean
duraderos, reutilizables, reparables, y, finalmente, reciclables, minimizando el
desperdicio y fomentando la reutilización de recursos a lo largo de su ciclo de vida
(Bocken et al., 2016).
La implementación de este principio requiere un cambio paradigmático en el diseño
de productos, donde la funcionalidad y la eficiencia de recursos se convierten en los
pilares fundamentales. Según Tukker (2015), el diseño para la circularidad implica no
solo la selección de materiales reciclables y la facilidad de desmontaje sino también
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la consideración del impacto ambiental durante todo el ciclo de vida del producto,
desde la extracción de materias primas hasta su disposición final.
Además, el diseño para la circularidad promueve modelos de negocio innovadores,
como los sistemas de producto-servicio (PSS) que ofrecen la funcionalidad de un
producto como un servicio. Esto puede reducir significativamente el consumo de
recursos al extender la vida útil de los productos y alentar a los fabricantes a diseñar
productos más sostenibles y fáciles de mantener (Stahel, 2016).
La colaboración entre diseñadores, ingenieros, empresas y consumidores es esencial
para el éxito del diseño para la circularidad. Integrar a los usuarios en el proceso de
diseño puede revelar oportunidades para mejorar la durabilidad y la reparabilidad de
los productos, así como para identificar nuevas formas de satisfacer las necesidades
de los consumidores de manera sostenible (Moreau et al., 2017).
3.1.2.2. Innovación en el modelo de negocio
La innovación en el modelo de negocio es esencial para la transición hacia una
economía circular, ofreciendo nuevas formas de crear, entregar y capturar valor a
través de prácticas sostenibles y regenerativas. Estas innovaciones pueden variar
desde modelos de negocio basados en el uso en lugar de la posesión, hasta sistemas
de producto-servicio (PSS) que enfatizan la funcionalidad sobre la propiedad (Bocken
et al., 2014).
La economía circular demanda un replanteamiento de las operaciones comerciales
tradicionales, impulsando a las empresas a explorar cómo pueden reducir el impacto
ambiental de sus productos y servicios mientras mantienen su competitividad y
generan ingresos. Según Lüdeke-Freund et al. (2019), esto incluye el diseño de
sistemas cerrados donde los recursos se mantienen en uso el mayor tiempo posible y
la creación de valor se extiende a lo largo de toda la cadena de suministro.
Los modelos de negocio circulares también promueven la colaboración entre
diferentes actores económicos, incluyendo consumidores, empresas y entidades
gubernamentales. Esta cooperación es vital para desarrollar infraestructuras y
sistemas que faciliten prácticas circulares, como el reciclaje, la reutilización y la
reparación (Geissdoerfer et al., 2017).
Además, la tecnología juega un papel crucial en la habilitación de modelos de negocio
circulares, a través de plataformas digitales que permiten la trazabilidad de productos,
sistemas de retorno para reciclaje, y la economía compartida, que reduce la necesidad
de producción de nuevos bienes mediante el intercambio y la reutilización (Täuscher
& Abdelkafi, 2017).
3.2. Adopción de MNC en el Sector Emprendedor
3.2.1 Motivaciones para la Adopción de MNC
3.2.1.1 Beneficios ambientales
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La adopción de una economía circular ofrece múltiples beneficios ambientales,
incluida la reducción significativa en el uso de recursos naturales, la minimización de
la generación de residuos, y la disminución de las emisiones de gases de efecto
invernadero (GHG). Estos beneficios son cruciales para mitigar el cambio climático y
preservar la biodiversidad y los ecosistemas (Korhonen et al., 2018).
La economía circular promueve el uso eficiente de los recursos a través de estrategias
como el rediseño de productos para mejorar su durabilidad y reparabilidad, la
reutilización de productos y materiales, y el reciclaje de materiales al final de su vida
útil. Esto contribuye a una reducción en la demanda de extracción de materias primas,
lo cual es vital para preservar los recursos naturales y minimizar el impacto ambiental
asociado con su extracción y procesamiento (Geissdoerfer et al., 2018).
Además, la transición hacia prácticas circulares puede disminuir significativamente las
emisiones de CO2 al optimizar los procesos de producción, reducir el transporte de
materiales y productos, y disminuir la cantidad de residuos enviados a vertederos.
Esto es esencial para alcanzar los objetivos globales de reducción de emisiones y
combatir el cambio climático (Ellen MacArthur Foundation, 2019).
Otro beneficio ambiental relevante es la promoción de la biodiversidad. Al reducir la
necesidad de nuevas materias primas y minimizar los impactos negativos sobre los
ecosistemas naturales, la economía circular ayuda a proteger y restaurar la
biodiversidad. Esto es crucial para mantener los servicios ecosistémicos de los cuales
depende la humanidad, como la polinización, la purificación del agua y el aire, y la
regulación del clima (Murray et al., 2017).
3.2.1.2 Ventajas económicas
Tabla 1
Ventajas
Autor(es)
Contribución a la Economía Circular
Webster (2015)
La transición hacia una economía circular representa una oportunidad para la
innovación económica, creación de empleo y crecimiento sostenible, redefiniendo
las prácticas de producción y consumo para desbloquear nuevos mercados y
fuentes de valor.
Stahel (2016)
Destaca la reducción de costos por la disminución de la dependencia de materias
primas volátiles y costosas gracias a la maximización del uso y reutilización de
recursos.
MacArthur et al.
(2016)
Fomenta la creación de empleo en sectores emergentes como reciclaje, reparación
y remanufactura, contribuyendo a la conservación de recursos y al desarrollo de
habilidades en la economía verde.
Bocken et al.
(2016)
Estimula la innovación y el emprendimiento a través de la necesidad de soluciones
circulares, abriendo oportunidades para el desarrollo de productos y servicios más
sostenibles, incluyendo innovaciones en diseño y modelos de negocio basados en
servicios.
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Autor(es)
Contribución a la Economía Circular
Lacy & Rutqvist
(2015)
Mejora la competitividad global de las empresas mediante la adopción de prácticas
más eficientes y sostenibles, lo cual mejora la imagen de marca y satisface la
demanda de productos verdes, además de cumplir con regulaciones ambientales.
Nota: Autores (2024)
En la tabla 1, se resumen las contribuciones de diversos autores a la comprensión y
desarrollo de la economía circular, destacando su potencial para impulsar la
innovación económica, la creación de empleo y el crecimiento sostenible, tomando en
cuenta los diferentes puntos que tratan los autores para elaborar sus ideas como son
las mejoras, espacios de desarrollo, estrategias y puntos clave que existen en las
diferentes situaciones.
3.2.1.3 Responsabilidad social corporativa
La incorporación de los principios de la economía circular en las estrategias de
responsabilidad social corporativa (RSC) permite a las empresas asumir un papel líder
en la promoción de la sostenibilidad ambiental, social y económica. La RSC en el
marco de la economía circular abarca no solo la eficiencia en el uso de recursos y la
reducción de impactos ambientales, sino también el compromiso con la equidad social
y el desarrollo comunitario (Schaltegger et al., 2016).
Un aspecto fundamental de la RSC en la economía circular es el diseño de productos
y sistemas que consideran el ciclo de vida completo, minimizando los impactos
negativos sobre el medio ambiente y la sociedad. Esto incluye la adopción de prácticas
de producción limpia, el fomento de la inclusión social a través de modelos de negocio
innovadores y el apoyo a las comunidades locales mediante la creación de empleo
sostenible (Hong et al., 2023).
Además, la economía circular ofrece una oportunidad para que las empresas mejoren
su transparencia y rendición de cuentas. Al implementar sistemas de trazabilidad y
reportar abiertamente sobre sus prácticas de sostenibilidad, las empresas pueden
fortalecer su relación con los consumidores, inversores y otras partes interesadas,
construyendo confianza y fomentando una cultura de responsabilidad corporativa
(Eccles et al., 2014).
La economía circular también promueve la justicia social al priorizar el acceso
equitativo a los recursos y beneficios derivados de la economía. Esto implica
desarrollar productos y servicios que sean accesibles para todos los segmentos de la
sociedad, incluyendo las poblaciones vulnerables, y asegurando que las prácticas
empresariales no contribuyan a la desigualdad social o económica (Porter & Kramer,
2011).
Por último, las empresas que adoptan principios circulares pueden liderar el cambio
hacia un futuro más sostenible al influir en sus cadenas de suministro, sectores y
políticas públicas. A través de la colaboración con proveedores, competidores y
reguladores, pueden promover estándares más altos de sostenibilidad y
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responsabilidad social, contribuyendo así a la transformación sistémica necesaria para
abordar los desafíos globales actuales (Elkington, 2018).
3.2.2 Desafíos en la Implementación de MNC
3.2.2.1 Barreras financieras
La transición hacia modelos de negocios circulares enfrenta obstáculos financieros
significativos que pueden limitar la capacidad de las empresas para implementar
cambios sostenibles. Estas barreras financieras incluyen el alto costo de inversión
inicial, la falta de financiamiento y crédito accesible, y la incertidumbre en cuanto a los
retornos de la inversión (Rizos et al., 2016).
Uno de los principales desafíos es el costo asociado con la reestructuración de
procesos de producción, la adquisición de nuevas tecnologías y el desarrollo de
productos diseñados para la circularidad. Estas inversiones iniciales pueden ser
sustanciales, especialmente para pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que
operan con presupuestos limitados (Bocken et al., 2016).
Además, el acceso a financiamiento es una barrera crítica. A pesar de un creciente
interés por parte de instituciones financieras en proyectos sostenibles, aún existen
limitaciones en la disponibilidad de créditos a tasas favorables para iniciativas de
economía circular. Esto se debe, en parte, a la percepción de riesgo asociada con
modelos de negocio innovadores y a la falta de comprensión sobre sus beneficios a
largo plazo (Le Blanc, 2015).
La incertidumbre sobre los retornos de inversión también juega un papel importante
en la reticencia a adoptar prácticas circulares. Dado que muchos de los beneficios de
la economía circular, como la reducción de costos operativos y la mejora en la
eficiencia de recursos, se materializan a lo largo del tiempo, puede ser difícil para las
empresas justificar la inversión inicial ante la demanda de retornos financieros a corto
plazo (Kirchherr et al., 2017).
Para superar estas barreras financieras, es esencial el desarrollo de políticas de apoyo
que incluyan incentivos fiscales, subvenciones y programas de financiamiento
específicos para la economía circular. Además, la creación de plataformas de
colaboración entre empresas, instituciones financieras y gobiernos puede facilitar la
compartición de riesgos y beneficios, promoviendo así una mayor inversión en
modelos de negocio circulares (Geissdoerfer et al., 2018).
3.2.2.2 Falta de conocimiento y habilidades
La transición hacia una economía circular requiere de un cambio significativo no solo
en los procesos de producción y modelos de negocio, sino también en la mentalidad
y habilidades de quienes lideran y trabajan dentro de las organizaciones. La falta de
conocimiento y habilidades específicas emerge como una de las barreras principales
para adoptar prácticas circulares efectivas (Ritzén & Sandström, 2017).
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La comprensión profunda de los principios de la economía circular, así como las
habilidades técnicas para implementar estrategias de diseño sostenible, gestión de
recursos y modelos de negocio innovadores son esenciales para el éxito de estas
iniciativas. Sin embargo, muchas empresas se encuentran con que su fuerza laboral
carece de estas competencias críticas (Ghisellini et al., 2016).
Este déficit de conocimiento se extiende a la alta dirección, donde la toma de
decisiones estratégicas es crucial. La falta de familiaridad con los beneficios a largo
plazo de la economía circular y cómo estos se alinean con los objetivos empresariales
puede llevar a una falta de compromiso y apoyo para la inversión en prácticas
circulares (Lacy & Rutqvist, 2015).
La educación y capacitación juegan un papel fundamental en la superación de estas
barreras. Las iniciativas de formación profesional y los programas académicos
específicos en economía circular son vitales para preparar a la próxima generación de
trabajadores y líderes empresariales. Además, la colaboración entre empresas,
instituciones educativas y organismos gubernamentales es esencial para desarrollar
currículos que respondan a las necesidades del mercado laboral y promuevan la
innovación sostenible (Geissdoerfer et al., 2017).
Para mitigar esta brecha de conocimiento y habilidades, es igualmente importante que
las empresas inviertan en la formación continua de sus empleados, adoptando
programas de capacitación interna y colaboraciones con expertos en economía
circular. Esto no solo mejora las competencias internas sino que también fomenta una
cultura de aprendizaje y adaptabilidad, elementos clave para la resiliencia empresarial
en un entorno de mercado en constante cambio (Stahel, 2016).
3.2.2.3 Retos en la cadena de suministro
La transición hacia una economía circular presenta retos significativos en la cadena
de suministro, que van desde la adquisición de materiales sostenibles hasta la
implementación de sistemas de logística inversa eficientes. Estos desafíos se deben,
en parte, a la necesidad de reconfigurar las cadenas de suministro tradicionales hacia
modelos que prioricen la reutilización, reciclaje y la reducción del desperdicio
(Geissdoerfer, Morioka, de Carvalho, & Evans, 2018).
Uno de los principales retos es asegurar un suministro constante de materiales
reciclados o renovables que cumplan con los estándares de calidad necesarios para
su reutilización en nuevos productos. La variabilidad en la calidad y disponibilidad de
estos materiales puede complicar la planificación y producción (Savaget,
Geissdoerfer, Bocken, & Hultink, 2017).
Además, la implementación de la logística inversa, que incluye la recolección, retorno
y procesamiento de productos al final de su vida útil, representa un desafío logístico y
financiero significativo. Esto requiere inversiones en infraestructura y tecnología, así
como la reconfiguración de los sistemas logísticos existentes para permitir la recogida
eficiente y el reciclaje o reutilización de productos (Agrawal et al., 2015).
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La colaboración entre los diferentes actores de la cadena de suministro es
fundamental para superar estos retos. Esto implica trabajar estrechamente con
proveedores, fabricantes, distribuidores y clientes para crear sistemas de suministro
circulares que sean eficientes y sostenibles. Sin embargo, la alineación de objetivos y
la coordinación entre estas partes interesadas puede ser compleja, especialmente en
cadenas de suministro globales donde existen diferentes regulaciones y estándares
de sostenibilidad (Govindan & Hasanagic, 2018).
Para abordar estos retos, es esencial el desarrollo e implementación de tecnologías
innovadoras, como la digitalización y el uso de la tecnología de la información y la
comunicación (TIC), para mejorar la trazabilidad y eficiencia de las cadenas de
suministro circulares. Además, políticas y marcos regulatorios que fomenten la
economía circular pueden proporcionar el impulso necesario para superar barreras
financieras y técnicas, facilitando la transición hacia prácticas de suministro más
sostenibles (Hofstetter et al., 2021).
3.3. Estrategias para Implementar MNC en Startups y Pequeñas Empresas
3.3.1 Innovación en Producto y Servicio
3.3.1.1 Productos como servicio
El modelo de "Productos como Servicio" (PaaS, por sus siglas en inglés) representa
una transformación en la forma en que los consumidores acceden a los bienes y
servicios, enfocándose en la venta de la funcionalidad en lugar de la propiedad del
producto. Este enfoque es fundamental en la economía circular, ya que promueve la
eficiencia en el uso de los recursos y reduce la generación de residuos al extender la
vida útil de los productos (Tukker, 2015).
En el modelo PaaS, las empresas mantienen la propiedad de los productos y ofrecen
a los clientes el acceso a estos a través de contratos de servicio o alquiler. Esto
incentiva a las empresas a diseñar productos duraderos, fáciles de reparar y
actualizar, ya que son responsables de su mantenimiento y eventual reciclaje al final
de su vida útil (Bocken et al., 2016).
Además, el PaaS puede conducir a una relación más estrecha entre proveedores y
consumidores, permitiendo a las empresas comprender mejor las necesidades de sus
clientes y adaptar los servicios ofrecidos para mejorar la satisfacción del cliente y la
retención. Esto puede abrir nuevas oportunidades de mercado y generar flujos de
ingresos recurrentes para las empresas (Lacy & Rutqvist, 2015).
Sin embargo, la implementación de modelos PaaS también presenta desafíos,
incluyendo la necesidad de redefinir las estrategias de venta y marketing, desarrollar
capacidades de gestión de la relación con el cliente y adaptar los sistemas logísticos
para gestionar la devolución y renovación de productos (Mont, 2002).
Para superar estos desafíos, es crucial el desarrollo de políticas y marcos regulatorios
que apoyen la economía circular y modelos de negocio innovadores como el PaaS.
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Esto incluye incentivos fiscales para productos y servicios circulares, así como la
inversión en infraestructuras que faciliten la recogida y reacondicionamiento de
productos (Stahel, 2016).
3.3.1.2 Durabilidad y reparabilidad
La durabilidad y reparabilidad de los productos son pilares fundamentales de la
economía circular, ya que permiten extender la vida útil de los productos y reducir la
generación de residuos. El diseño de productos duraderos y fácilmente reparables no
solo disminuye la demanda de recursos naturales, sino que también ofrece una
oportunidad para reducir el impacto ambiental asociado a la producción y disposición
de bienes (Cooper, 2010).
El enfoque en la durabilidad busca asegurar que los productos mantengan su
funcionalidad y valor durante el mayor tiempo posible, lo cual implica una cuidadosa
selección de materiales, un diseño robusto y la posibilidad de actualizaciones futuras.
Por otro lado, la reparabilidad se enfoca en la facilidad con la que un producto puede
ser reparado, lo cual requiere consideraciones de diseño que permitan el acceso fácil
a las partes que más comúnmente necesitan ser reemplazadas o reparadas (Bakker
et al., 2014).
Estas prácticas no solo benefician al medio ambiente, sino que también ofrecen
ventajas económicas para los consumidores y las empresas. Para los consumidores,
la durabilidad y la reparabilidad significan una reducción en la frecuencia de reemplazo
de productos y la posibilidad de mantener los productos en funcionamiento a un costo
menor. Para las empresas, estos principios pueden conducir a una mayor satisfacción
del cliente, lealtad de marca y potencialmente, a nuevos modelos de negocio basados
en servicios de mantenimiento y reparación (Mont, 2002).
La implementación efectiva de la durabilidad y reparabilidad requiere un cambio en la
mentalidad tanto de productores como de consumidores, así como el apoyo de
políticas públicas que promuevan prácticas de diseño sostenible. Esto incluye
regulaciones que incentiven la fabricación de productos duraderos y reparables, así
como sistemas de certificación que destaquen estas cualidades en los productos
(Stahel, 2016).
3.4. Impactos de la Adopción de MNC
3.4.1 Impactos Ambientales
3.4.1.1 Reducción de residuos y emisiones
La reducción de residuos y emisiones es un objetivo clave de la economía circular,
que busca minimizar el impacto ambiental de los procesos productivos y de consumo
mediante la optimización del uso de recursos y la maximización de la eficiencia en
toda la cadena de valor (Geissdoerfer et al., 2017). Este enfoque implica no solo
reducir la cantidad de residuos generados, sino también disminuir las emisiones de
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gases de efecto invernadero a través de la implementación de prácticas de producción
más limpias y sostenibles.
La estrategia de reducción de residuos se enfoca en la prevención de residuos al inicio
del proceso de diseño, promoviendo el uso de materiales reciclables y renovables, así
como el diseño de productos que sean fáciles de desmontar para su futura reutilización
o reciclaje (Prieto-Sandoval et al., 2018). Por otro lado, la reducción de emisiones se
logra a través de la mejora de la eficiencia energética en los procesos de producción
y la adopción de fuentes de energía renovables, lo cual contribuye significativamente
a la mitigación del cambio climático.
Además, la implementación de sistemas de retorno y reciclaje de productos al final de
su vida útil juega un papel crucial en la reducción de residuos, permitiendo la
recuperación de materiales y su reintroducción en el ciclo productivo, minimizando la
necesidad de extracción de recursos naturales y reduciendo las emisiones asociadas
a la producción de nuevos materiales (Korhonen et al., 2018).
Las políticas públicas y las iniciativas empresariales son fundamentales para
promover la reducción de residuos y emisiones, incluyendo incentivos para la
adopción de prácticas de economía circular, el desarrollo de normativas que fomenten
la responsabilidad extendida del productor, y la inversión en tecnologías limpias y
eficientes (Ghisellini et al., 2016).
3.4.1.2. Conservación de recursos
La conservación de recursos es un pilar fundamental de la economía circular, cuyo
objetivo es mantener el valor de los productos, materiales y recursos en la economía
durante el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la extracción de recursos
naturales y el impacto ambiental asociado a su consumo (Ellen MacArthur Foundation,
2015). Esta aproximación no solo busca minimizar los residuos a través de la
reutilización, reparación, renovación y reciclaje de productos y materiales, sino
también promover el uso eficiente y sostenible de los recursos naturales.
La transición hacia prácticas de conservación de recursos implica una reevaluación
de los procesos de producción y consumo actuales, incentivando el diseño de
productos con mayor vida útil, así como la implementación de modelos de negocio
que se basen en la funcionalidad en lugar de la posesión, como los sistemas de
producto-servicio (Stahel, 2016). Este enfoque no solo reduce la demanda de recursos
nuevos, sino que también disminuye la cantidad de residuos generados, cerrando el
ciclo de vida de los productos y fomentando una economía más regenerativa.
La eficiencia en el uso de los recursos se ve también impulsada por la innovación
tecnológica, que permite el desarrollo de procesos más limpios y eficientes, la mejora
en los métodos de reciclaje y la creación de materiales alternativos que pueden reducir
la dependencia de recursos no renovables (Ghisellini et al., 2016). Estas innovaciones
son cruciales para avanzar hacia sistemas de producción y consumo que sean
sostenibles a largo plazo.
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Además, la conservación de recursos está intrínsecamente vinculada a la protección
de la biodiversidad y los ecosistemas, ya que la reducción en la extracción de recursos
naturales contribuye a disminuir la presión sobre los entornos naturales, ayudando a
preservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que son esenciales para el
bienestar humano (Rockström et al., 2009).
3.4.2 Impactos Económicos
3.4.2.1 Creación de valor y nuevos mercados
La economía circular ofrece una plataforma para la creación de valor y la apertura de
nuevos mercados mediante la innovación en el diseño de productos, la optimización
de procesos y el desarrollo de modelos de negocio que se centran en la sostenibilidad
y la eficiencia en el uso de recursos (Bocken et al., 2014). Al enfocarse en la
regeneración de productos y materiales, las empresas pueden explorar nuevas
oportunidades comerciales que respondan a la creciente demanda de soluciones más
verdes y responsables.
La transición hacia modelos de negocio circulares permite a las empresas
diferenciarse en el mercado, mejorando su competitividad y posicionándolas como
líderes en sostenibilidad. Esto no solo atrae a una base de consumidores cada vez
más consciente del medio ambiente, sino que también puede abrir puertas a
colaboraciones innovadoras con otras empresas y stakeholders, creando ecosistemas
de negocio que potencian la circularidad (Lacy & Rutqvist, 2015).
Además, la economía circular promueve la eficiencia en el uso de recursos y la
reducción de costos a largo plazo, aspectos que son fundamentales para la creación
de valor sostenible. Al reducir la dependencia de recursos virgenes y minimizar los
desechos, las empresas pueden lograr ahorros significativos y aumentar su
rentabilidad, al mismo tiempo que contribuyen positivamente al medio ambiente
(Geissdoerfer et al., 2018).
La innovación en productos y servicios que facilitan la reutilización, reparación, y
reciclaje también abre nuevos mercados, como los sistemas de producto como
servicio (PaaS) que ofrecen a los consumidores acceso a bienes sin la necesidad de
poseerlos, creando un flujo de ingresos continuo y relaciones a largo plazo con los
clientes (Tukker, 2015).
Para capitalizar estas oportunidades, es esencial que las empresas y los gobiernos
colaboren en el desarrollo de marcos regulatorios y políticas de apoyo que fomenten
la adopción de prácticas circulares y la inversión en tecnologías limpias. Este entorno
habilitador es crucial para estimular la innovación y facilitar la transición hacia una
economía circular a gran escala (Stahel, 2016).
3.4.2.2 Eficiencia y reducción de costos
La adopción de prácticas de economía circular es esencial para mejorar la eficiencia
en el uso de recursos y reducir los costos operativos en las organizaciones. La
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minimización de residuos, la reutilización de materiales, y la optimización de procesos
no solo disminuyen la necesidad de insumos virgenes, sino que también reducen la
cantidad de desechos generados, lo que lleva a ahorros significativos (Ellen MacArthur
Foundation, 2013). Estas estrategias pueden traducirse en ventajas competitivas
importantes al reducir la exposición a la volatilidad de los precios de los recursos y al
mejorar la sostenibilidad operativa.
La implementación de sistemas de producción más eficientes, que priorizan el
reciclaje y la recuperación de materiales al final de su vida útil, permite a las empresas
reducir sus costos de materia prima y aumentar su resiliencia frente a las fluctuaciones
del mercado (Stahel, 2010). Además, el diseño de productos con criterios de eficiencia
y facilidad de reparación puede prolongar su vida útil, ofreciendo a los consumidores
soluciones más duraderas y económicamente atractivas.
Invertir en innovaciones tecnológicas que faciliten la economía circular, como
plataformas de economía compartida y sistemas de gestión de recursos más
eficientes, puede también reducir costos operativos y generar nuevas fuentes de
ingreso (Bocken et al., 2016). Estas tecnologías habilitan modelos de negocio más
flexibles y adaptativos, capaces de responder a cambios en las demandas del
mercado y en las regulaciones ambientales.
El análisis de ciclo de vida (ACV) emerge como una herramienta clave para evaluar la
eficiencia de los procesos y productos desde una perspectiva circular, identificando
oportunidades para la reducción de costos y el mejoramiento ambiental a lo largo de
toda la cadena de valor (Guiné et al., 2011). Este enfoque sistemático ayuda a las
empresas a tomar decisiones más informadas sobre cómo optimizar sus operaciones
de manera sostenible y económicamente viable.
La colaboración entre diferentes actores de la cadena de suministro es crucial para
maximizar la eficiencia y minimizar los costos. La integración de prácticas circulares
en las cadenas de suministro no solo mejora la gestión de recursos sino que también
fomenta la innovación y la co-creación de valor entre proveedores, fabricantes y
clientes (Agrawal et al., 2015).
3.4.3 Impactos Sociales
3.4.3.1 Creación de empleo
La economía circular, al enfocarse en la reutilización, reparación, renovación y
reciclaje de productos y materiales, tiene el potencial de crear numerosos empleos a
lo largo de diversas industrias. Según estudios realizados por la Fundación Ellen
MacArthur (2015), la transición hacia una economía circular puede generar millones
de empleos a nivel mundial, al abrir nuevas oportunidades en sectores como el diseño
sostenible, la gestión de residuos y recursos, y la manufactura circular.
La necesidad de procesar y remanufacturar productos al final de su ciclo de vida crea
oportunidades laborales en el sector del reciclaje y la recuperación de materiales,
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además de requerir habilidades especializadas en la reparación y mantenimiento de
productos para extender su vida útil (Geissdoerfer et al., 2017). Este enfoque no solo
ayuda a reducir el impacto ambiental, sino que también promueve el desarrollo de una
fuerza laboral capacitada y diversa.
Los modelos de negocio basados en la economía circular, como los sistemas de
producto-servicio y las plataformas de economía compartida, impulsan la creación de
empleo al fomentar la innovación y el emprendimiento. Estos modelos requieren una
amplia gama de competencias, desde el diseño y la ingeniería hasta la logística y el
servicio al cliente, ofreciendo así un campo fértil para la creación de nuevos puestos
de trabajo (Tukker, 2015).
La implementación de prácticas circulares en la agricultura y la producción de
alimentos también puede generar empleo, especialmente en áreas rurales. La
adopción de técnicas de agricultura regenerativa y de sistemas de producción más
sostenibles no solo mejora la salud del suelo y la biodiversidad, sino que también
requiere mano de obra especializada para gestionar estos sistemas complejos
(Horlings & Marsden, 2014).
La transición hacia una economía circular demanda una transformación en la
educación y la formación profesional para equipar a la fuerza laboral con las
habilidades necesarias para prosperar en este nuevo paradigma económico. La
inversión en programas de capacitación y desarrollo profesional en áreas relacionadas
con la sostenibilidad y la economía circular es crucial para asegurar que los
trabajadores puedan adaptarse y contribuir efectivamente a este cambio (Kirchherr et
al., 2017).
3.4.3.2 Inclusión social y empoderamiento comunitario
La economía circular ofrece un marco valioso para abordar desafíos sociales,
incluyendo la inclusión social y el empoderamiento de comunidades. A través de la
creación de sistemas económicos que valorizan la regeneración de recursos, la
economía circular puede promover prácticas que benefician tanto al medio ambiente
como a las comunidades locales (Wilson, 2007).
Los proyectos basados en la economía circular pueden fomentar la inclusión social al
ofrecer oportunidades económicas en comunidades marginadas. Por ejemplo,
iniciativas de reciclaje y compostaje en barrios desfavorecidos no solo contribuyen a
la gestión de residuos, sino que también crean empleos y fomentan el sentido de
comunidad y pertenencia (Ghisellini et al., 2016).
La economía circular también puede facilitar la inclusión social a través de la
educación y la capacitación. Al invertir en programas educativos que enseñan
habilidades relacionadas con la sostenibilidad, se pueden abrir puertas a
oportunidades económicas para personas que de otro modo estarían excluidas del
mercado laboral (Moreau et al., 2017).
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Las iniciativas de economía circular que se centran en el diseño inclusivo y accesible
de productos y servicios pueden mejorar significativamente la calidad de vida de
personas con discapacidades o necesidades especiales, promoviendo así una
sociedad más inclusiva y equitativa (Bocken et al., 2014).
4. Discusión
La transición hacia modelos de negocio circulares en el sector emprendedor es crucial
para fomentar una economía sostenible. Esta revisión bibliográfica ha destacado la
importancia de integrar los principios de economía circular en el núcleo de los modelos
de negocio emergentes. La implementación efectiva de estos modelos puede ofrecer
beneficios significativos en términos de sostenibilidad ambiental, viabilidad económica
y equidad social.
La adopción de prácticas circulares promueve una reducción significativa en el uso de
recursos y la generación de residuos. Según Ellen MacArthur Foundation (2013), las
empresas que adoptan modelos circulares pueden lograr una disminución notable en
su huella ambiental al mismo tiempo que mejoran su eficiencia y reducen costos. Esto
respalda los hallazgos de Ghisellini et al. (2016), quienes argumentan que la economía
circular representa un sistema económico y ambiental equilibrado que puede conducir
a un futuro sostenible.
Los emprendedores juegan un papel vital en la innovación y adopción de la economía
circular, aunque enfrentan desafíos específicos, como la necesidad de financiación
inicial y el desarrollo de competencias relevantes (Bocken et al., 2016). Sin embargo,
estos desafíos también presentan oportunidades únicas para la innovación en
productos, servicios y modelos de negocio que son esenciales para una transición
exitosa hacia prácticas más sostenibles.
Es evidente la necesidad de más investigaciones que exploren cómo las políticas
públicas y el apoyo gubernamental pueden facilitar la adopción de modelos de negocio
circulares por parte de los emprendedores. Investigaciones futuras deberían centrarse
en identificar factores de éxito y barreras específicas en diferentes contextos y
sectores industriales, así como en el desarrollo de herramientas y marcos que puedan
guiar a los emprendedores en la implementación de prácticas circulares (Kirchherr et
al., 2017).
La economía circular ofrece un camino prometedor hacia la sostenibilidad, con el
potencial de transformar significativamente las prácticas empresariales actuales. Para
los emprendedores, representa una oportunidad para liderar el cambio hacia un futuro
más sostenible, aunque este camino está lleno de desafíos. El apoyo continuo de la
investigación, las políticas públicas y la colaboración intersectorial será crucial para
superar estos obstáculos y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la
economía circular.
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5. Conclusiones
El análisis detallado de los modelos de negocios circulares, centrado en la transición
hacia una economía sostenible dentro del sector emprendedor, revela un horizonte
lleno de oportunidades y desafíos intrínsecos. Desde la perspectiva del autor, esta
investigación subraya la importancia crítica de adoptar principios de economía circular
como un catalizador para el cambio sostenible. La implementación de estos modelos
no solo es imperativa para mitigar los impactos ambientales adversos asociados con
los modelos de negocios tradicionales, sino que también ofrece una vía viable para
lograr una ventaja competitiva, fomentar la innovación y asegurar la sostenibilidad a
largo plazo.
Los hallazgos de este estudio demuestran que, aunque la transición hacia la economía
circular conlleva desafíos significativos, especialmente en términos de barreras
financieras, falta de conocimiento y habilidades, y retos en la cadena de suministro,
estos no son insuperables. La colaboración entre los emprendedores, las instituciones
educativas, los organismos de investigación y las autoridades gubernamentales es
esencial para superar estos obstáculos. La educación y la capacitación desempeñan
roles fundamentales en la equipación de los emprendedores con las habilidades
necesarias para navegar el panorama de la economía circular, mientras que el apoyo
gubernamental, a través de políticas favorables y financiamiento, puede aliviar las
barreras financieras y fomentar la adopción de prácticas circulares.
Desde mi perspectiva, es claro que la economía circular no es simplemente una
tendencia pasajera, sino una necesidad urgente y una oportunidad estratégica para
redefinir el futuro del emprendimiento. La adopción de modelos de negocios circulares
representa un paso audaz hacia la construcción de un sistema económico que
equilibra el crecimiento con la sostenibilidad, asegurando que las generaciones
presentes y futuras puedan disfrutar de un medio ambiente saludable y recursos
abundantes.
En conclusión, este estudio reitera el llamado a la acción para los emprendedores, los
formuladores de políticas, los investigadores y la sociedad en general, para abrazar
los principios de la economía circular. Al hacerlo, podemos colectivamente avanzar
hacia una economía más resiliente, inclusiva y sostenible. La jornada hacia la
sostenibilidad es compleja y llena de desafíos, pero con compromiso, innovación y
colaboración, el sector emprendedor puede liderar el camino hacia un futuro más
prometedor y sostenible.
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